jueves, 10 de julio de 2008

Las marcas pagan millones a sus estrellas pero vulneran los derechos de sus trabajadores


Mientras las marcas deportivas se preparan para mostrar sus mejores galas en el próximo Mundial de Fútbol de Alemania, muchos de los trabajadores que producen sus prendas en Asia no pueden cubrir sus necesidades básicas y sufren discriminación, despidos o violencia cuando intentan crear sindicatos o reivindicar sus derechos de manera colectiva, según desvela un informe de Intermón Oxfam.


El texto '¡Fuera de Juego! Derechos laborales y producción de ropa deportiva en Asia', resalta que, mientras los futbolistas de elite y otros deportistas profesionales están representados por las asociaciones de jugadores, la mayor parte de los trabajadores asiáticos que fabrican las prendas que visten no pueden reclamar aumentos salariales ni mejoras laborales de forma colectiva.
El 80% de estos trabajadores son mujeres provenientes de comunidades pobres, que en su mayoría sustentan a sus hijos y familia. Según el informe, ninguna de las grandes marcas deportivas está haciendo suficiente para solucionar este problema.


"En 2004 la Alianza Juega Limpio (que incluye a Oxfam Internacional, Campaña Ropa Limpia y sindicatos) retó a estas empresas a que mejoraran las condiciones laborales, pero lamentablemente poco ha cambiado. El derecho de los trabajadores a crear sindicatos es fundamental para lograr las grandes mejoras que se necesitan en las fábricas, pero muchas marcas siguen sin querer mover balón en este tema", afirma Isabel Tamarit, coordinadora del área de Responsabilidad Social Corporativa de Intermón Oxfam.


El informe, fruto de una investigación de un año a 12 marcas deportivas, desvela que Fila, una de las mayores empresas estadounidenses patrocinadoras del tenis mundial, ocupa el último puesto en la liga del respeto a los derechos sindicales, y ha sido incapaz de corregir los serios abusos laborales en su cadena de producción.


Uno de los casos recogidos en el estudio, revela que un proveedor de calzado deportivo de esta marca en Indonesia, con una terrible reputación de abusos laborales, cerró la fábrica súbitamente y sin previo aviso. Un año después ninguno de los 3.500 trabajadores había recibido los pagos atrasados ni indemnización por despido. Fila se niega a comentar su papel en este cierre ni a responsabilizarse por los trabajadores despedidos.
Un aumento de sueldo


"A menos que los trabajadores sean capaces de negociar de manera colectiva las mejoras de salarios y condiciones laborales, compañías como Fila seguirán repitiendo estos comportamientos intolerables", asegura Tamarit.
Según el informe de la ONG, Reebok es la que más ha hecho por respetar los derechos de los trabajadores de prendas deportivas en Asia, mientras que otras grandes firmas como Nike, Adidas, Puma y Asics, han hecho algunos avances. Sin embargo, la actuación de la industria deportiva en su conjunto sigue siendo muy pobre. Por ejemplo, un proveedor de Adidas en Indonesia despidió recientemente a 33 trabajadores sindicalistas que participaron en una huelga legal para reclamar un aumento de sueldo que les permitiera afrontar las dramáticas subidas del coste de vida en aquel país. La fábrica Panarub, cerca de Jakarta, produce las zapatillas deportivas 'Predator pulse' promocionadas por los jugadores del Real Madrid David Beckham, Zinedine Zidane y Raúl y las botas '+F50.6 Tunit' anunciadas por el holandés Arjen Robben, el alemán Kevin Kuranyi y el brasileño Ze Roberto.


Menos de cuatro euros al día


A pesar de las presiones ejercidas por diversos grupos, Adidas se ha negado a ayudar a estos trabajadores a recuperar sus puestos de trabajo. Mientras, Adidas paga 1,5 millones de euros al jugador francés Zidane por promocionar sus prendas deportivas, las trabajadoras de Panarub que producen las botas de fútbol y otras prendas deportivas tan sólo cobran 47 céntimos de euro a la hora, es decir menos de cuatro euros al día.
"El despido de estos trabajadores envía una señal muy equivocada a las marcas deportivas. Les dice que es aceptable discriminar a los trabajadores que pertenecen a un sindicato. En el pasado, Adidas mostró un liderazgo dentro de la industria y la compañía debería continuar por esa senda, asegurando que la fábrica readmite a esos trabajadores", añade Tamarit.
"La industria de la ropa deportiva representa una valiosa fuente de trabajo en Asia. Pero los consumidores y trabajadores tienen el derecho de confiar en que las marcas no exploten a las personas que fabrican los productos que consumen", concluye Tamarit.



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